Maranhão lidera el acceso a la justicia, pero obtiene malos resultados en otras dimensiones
Maranhão obtuvo 39,8 puntos en el Índice de Democracia Ambiental, ocupando el tercer lugar entre los estados de la Amazonia Legal. Los resultados se consideran "malos" en general, con un único punto positivo: la dimensión Acceso a la Justicia Ambiental.
Con 66,1 puntos, el Estado lidera esta dimensión entre los evaluados. Las estructuras especializadas para tratar cuestiones medioambientales y territoriales obtuvieron una buena puntuación.
En las demás dimensiones, los resultados fueron significativamente inferiores. En Acceso a la Información Medioambiental, el Estado sólo obtuvo 33,8 puntos ("mal"). De las 29 categorías evaluadas, sólo 8 presentaban algún dato, pero todos estaban incompletos, desfasados o en un formato inadecuado para su reutilización.
La dimensión Acceso a la participación también recibió una mala valoración, con 30,9 puntos ("mala"), lo que demuestra la necesidad de mejoras en el funcionamiento del consejo estatal de medio ambiente, los consejos de unidades de conservación y las audiencias públicas de concesión de licencias medioambientales.
En Protección de los Defensores del Medio Ambiente, Maranhão obtuvo 28,4 puntos ("mal"). El estado cuenta con un programa de protección, pero carece de información y diversidad en su órgano colegiado. Tampoco existen protocolos para los agentes de seguridad pública en casos que impliquen a defensores ni el uso de cámaras corporales en conflictos medioambientales o territoriales.
Aspectos destacados de la evaluación de Maranhão:
- Puntuación final: 39,8 puntos - calificación "mala
- 3er puesto global entre los Estados de la Amazonia Legal
- Mejor resultado en Acceso a la Justicia Medioambiental: 66,1 puntos - "bien".
- Malos resultados en acceso a la información (33,8), participación (30,9) y protección de los defensores (28,4).
- Aspectos positivos: estructuras especializadas en los órganos de justicia y existencia de programas de protección para los defensores.
- Puntos débiles: falta de datos medioambientales y limitaciones en el funcionamiento de los espacios participativos